Su total consagración ocurre en 1960 con la película de René Clément A pleno sol ( Plein soleil ), convirtiéndose luego en uno de los actores preferidos por el director italiano Luchino Visconti, bajo su dirección protagoniza Rocco y sus hermanos y comparte protagónico con Burt Lancaster y Claudia Cardinale en El gatopardo, aunque también trabajará con otros directores como Michelangelo Antonioni.
Tras estas apariciones internacionales se centrará bastante en el cine Francés, alcanzando una enorme popularidad en su país, gracias a películas como "Le samurai" (El silencio de un hombre) de (Jean-Pierre Melville), Historias extraordinarias (Louis Malle) y "La piscina" (Jacques Deray). Reconvertido en productor, obtiene un enorme éxito con Borsalino de Jacques Deray, en la que aparecerá junto a la otra gran estrella del cine francés, Jean –Paul Belmondo.
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